Con “Noé” ya en cines y varios otros filmes basados en la religión a punto de estrenarse o en proceso de rodaje, las adaptaciones bíblicas vuelven a marcar tendencia.
A mediados del siglo pasado, los filmes épicos basados en relatos bíblicos eran lo que ahora son los filmes sobre superhéroes: las fuerzas dominantes de la taquilla, capaces de comandar masivos presupuestos para suntuosas producciones con cientos de extras, costosos sets, impresionantes efectos especiales y grandes estrellas.
Aunque su popularidad decayó con el paso de los años -y el surgimiento de otros géneros dominantes en décadas siguientes como la ciencia ficción-, y difícilmente vuelva a alcanzar el dominio de la taquilla que tenía antes, el género de la épica bíblica parece estar encaminándose a una especie de resurgimiento.
La primera mitad del siglo XX no hubo escasez de películas basadas en relatos bíblicos del Antiguo y el Nuevo Testamento, entre las que destacan los filmes de Cecil B. DeMille como Rey de Reyes (1927), La Señal de la Cruz (1932) y la versión original de Los Diez Mandamientos(1923) y la superproducción de 1916 Intolerancia, que contaba en uno de sus segmentos parte de la historia de Jesús.
Sin embargo, la explosión de popularidad del género llegó recién en los años ’50, y uno de sus principales impulsores fue la película de 1951 Quo Vadis, una historia de amor entre un comandante romano, Mario Vinicio (el actor Robert Taylor), y una mujer cristiana llamada Ligia (Deborah Kerr), quienes eventualmente cruzan caminos con San Pedro luego de que a este se le haya aparecido Jesús en las afueras de Roma, como reza un pasaje de los apócrifos Hechos de Pedro.
Filmada en locación en Roma, con estrellas reconocidas como Taylor, Kerr y Peter Ustinov –quien interpretó al emperador romano Nerón-, con grandes valores de producción –la película mantiene el récord de más disfraces utilizados, con unos 32.000-, el filme fue un éxito masivo de taquilla, coronándose como la película más taquillera de su año, superando a filmes como el éxito animado de Disney Alicia en el País de las Maravillas.
La tendencia siguió en años posteriores con filmes como El Manto Sagrado (1953), que tiene como protagonista al comandante de la unidad de soldados romanos a cargo de la crucifixión de Jesús, quien en una apuesta gana la túnica que Jesús vestía y luego se ve afectado por la culpa debido a su parte en la ejecución. Fue otro gran éxito de taquilla, hasta el punto en que un año después se convirtió en el único filme bíblico de Hollywood hasta ahora en tener una secuela, titulada Demetrio y los Gladiadores, y centrada en el esclavo griego del romano protagonista.
Pero el éxito de esos filmes palidecería al lado del que tendría la nueva versión de Cecil B. DeMille de Los Diez Mandamientos, la historia de Moisés y la liberación de los judíos de Egipto, en esta ocasión con el inmensamente popular Charlton Heston en el rol protagónico.
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