Epicas y Biblicas

Ya desde los comienzos de la era del cine comercial, cerca de principios del siglo XX, el cine histórico comenzó a atraer la atención de los productores cinematográficos, tanto que, a comienzos de la década del veinte, se dio a conocer la primera gran producción de Hollywood, que fue la película histórica El nacimiento de una nación , gran clásico del cine mudo que constituyó no sólo la primera superproducción del cine, sino también el primer gran suceso de público de la historia. El fabuloso éxito de esta película dio a los productores la pauta de que la forma de sacarle público a la radio, y ganar dinero haciendo películas era volcarse al cine histórico-épico, razón por la cual se pusieron a evaluar proyectos de inmediato. Así, rápidamente, luego de pensar en la forma de lograr la ecuación buscada, nació un sub género del cine histórico, el cine bíblico, que estaría ubicado al lado del cine épico, o sería similar a éste, o algo así. En fin, el cine bíblico, -obviamente se trata de películas épicas que tratan temas bíblicos o relacionados con las sagradas escrituras-, nació en la época, y en la actualidad existe, y continúa siendo en muchos casos verdaderos sucesos de taquilla. Es que cuando los productores pensaron en invertir millones de dólares, crear inmensos decorados, exóticas locaciones y movilizar masas de extras, necesariamente debieron pensar en convertir a La Biblia en fuente del espectáculo cinematográfico, más allá de ideologías o creencias religiosas. En realidad, recién creada la técnica cinematográfica, ya en 1987 comenzaron a realizarse las primeras películas bíblicas de la historia: en Italia se rodó La Passione di Gesú, dirigida por Lugi Topt;, en los Estados Unidos se realizó Passion ; en Gran Bretaña The Sing of the Cross, y en Francia La passion du Chris, dirigida por Léar y Basile a la cual muchos indican como la primera de todas . En los años posteriores fueron llegando otras como Le Christ marchant sur flots , de 1900, creada por Lumiére y George Mèlies, Sansón y Dalilah en 1903, de Ferdinand Zecca y el primer mediometraje de género bíblico, Quo vadis en 1910 de Enrico Guazzoni. En 1915, en Italia, se realizó el primer intento importante de mostrar la vida de Jesucristo, en la película Christus, de 1915, dirigida por Giuseppe de Liguoro y Giulio Antamoro, que contaba la historia en cuatro partes: La infancia, la predicación, la muerte y la resurrección. Muchas películas; sin embargo, la idea ya no era experimentar o expresar, ahora la idea era dotar a estas historias de toda la tecnología, presupuesto y espectacularidad para convertirlas en sucesos de taquilla. En cuanto los productores pusieron manos a la obra, se inició en 1923 la gran época dorada del cine mudo cuando el genial Cecil B. De Mille dirigió la superproducción del cine mudo Ten Commandents , primera versión cinematográfica de Los diez Mandamientos , que narraba la historia de Moisés, y el éxodo judío de Egipto que él lideró, en camino hacia tierra santa. Fue tan grande el éxito de este filme, que la MGM-Loew´s Inc. en el segundo año de su existencia, en 1924, realizó una mega producción basada en la famosa novela de Lewis Wallace Ben-Hur, a tale of the Christ . El guión, inspirado íntegramente en la novela, narraba la historia de Judah Ben-Hur, un príncipe judío de dinero y abolengo que era traicionado por Messala, su amigo de la infancia de origen romano, y era convertido en esclavo de Roma. Al tiempo, gracias a una serie de circunstancias, pasó de las galeras a obtener prestigio dinero y posición dentro de la escala social romana, lo que le posibilitó regresar a Judea y vengarse de Messala, todo ello durante los tiempos de la aparición de Jesucristo en la Palestina, acontecimiento con el cual se van relacionando los personajes. La producción designó como director de la película a Charles Brabin, a June Mathis como escritor y supervisor, y a George Walsh como protagonista, quienes fueron enviados a la ciudad de Roma, donde se construyeron enormes decorados, inéditos para la época. Luego de tres meses de rodaje a ritmo lento y rápido consumo de las partidas presupuestarias, el nuevo directorio de los estudios decidió enviar reemplazos a todo el equipo, y así, luego de los despidos, arribaron a Roma el director Fred Niblo, los escritores Bess Meredyth y Carey Wilson, y las super estrellas del cine mudo Ramón Novarro y Francis X. Bushman. En poco tiempo, los productores debieron comprender que los nuevos enviados eran tan lentos y caros como los anteriores, y decidieron regresarlos a Los Angeles, para que se terminara de rodar el filme allí. Una vez en los Estados unidos, la película se terminó rápidamente y concluyó a un costo de seis millones de dólares, una verdadera fortuna para la época. Luego de su estreno, el filme se convirtió en el mayor suceso del cine junto con El nacimiento de una Nación , aunque jamás logró recuperar la inmensa cantidad de dinero invertida. Dos años más tarde, Cecil B.De Mille volvió a incursionar en el cine bíblico con un filme sobre la vida de Cristo, llamado The King of Kings, con H. B. Warner como Jesús.