EL HOLLYWOOD QUE NO CONOCES

sábado, 4 de abril de 2015

CINE MUSICALES COMEDIA Y MELODRAMA XIV

LA HISTORIA DEL MUSICAL DE HOLLYWOOD
[...] Quienes hemos contemplado La calle 42 en la sesión de noche después de una tarde de cine con Empieza el espectáculo sabemos que la comedia musical ha evolucionado de 1933 a 1980 a la par que la cultura que la rodea.
El período clásico del musical de la unidad de producción Arthur Freed para la MGM podría haber extinguido su llama a mediados de los años cincuenta, pero los espectáculos musicales perduraron y continuaron realizándose musicales de Hollywood. Lo que sí pareció morir a mediados de los años cincuenta fue la fuerza del corazón de los grandes musicales de la MGM, una fuerza basada en la fe en el poder de la canción y el baile, unida a una creencia casi religiosa en el propio Hollywood como gran heredero del espíritu del espectáculo musical. [...] No fue casual que la época dorada del cine musical terminara con la muerte del antiguo sistema de estudios, que había hecho proliferar tanto el género. Desde luego, siguieron haciéndose musicales; no todos eran tan reflexivos como Melodías de Broadway, una suerte de réquiem mismo por el musical de estudio, ni tan críticos como Ha nacido una estrella (1954). Pero, si bien las películas individualmente se atenían a los cánones clásicos, no deja de ser cierto que el género como superestructura que informa las películas individuales (y que al mismo tiempo, en necesaria paradoja, también es creado por esas películas mismas) sufrió una transformación al final de la época de los estudios.
[...] Lo que hace al musical único entre los géneros del cine no es tanto el hecho de que su apogeo coincida claramente con la era de los estudios como el que su capacidad de reflexividad lo convirtiera en el género cuya función explícita era glorificar el espectáculo americano al tiempo que él mismo constituía una forma de ese espectáculo. Otros géneros podían hacerse crecientemente autocríticos o críticos socialmente según su público iba superando los planteamientos más simplistas de una época anterior, sin necesidad de tener que afrontar el dilema de estar aparentemente criticando también el propio espectáculo de masas. Siempre fue más fácil para el musical de Hollywood contemplar el espectáculo desde un punto de vista positivo. Incluso en la era posterior a los estudios, las películas musicales que criticaban todo el mito del espectáculo musical tenían que discurrir por líneas esencialmente conservadoras en la medida en que ellas mismas pretendieron pasar por ejemplos de espectáculos de masas.
[...] Si en cierto modo el musical se va haciendo cada vez más autorreflexivo, tanto en sentido positivo como negativo, en otro no cambia en absoluto al intentar superar la familiaridad del público con sus convenciones. Los materiales con los que el espectáculo musical se construye cambian con el tiempo, pero el proceso de nostalgia por el pasado y de mixtificación de lo nuevo nunca cambia. Los musicales se reponen, se relanzan, se rehacen y se reviven. [...]
La estructura dual del musical se presta a un proceso de crecimiento por reciclaje que provocaría la envidia de cualquier defensor del medio ambiente. Históricamente este proceso puede contemplarse como la incorporación de formas anteriores o diferentes de espectáculo a los musicales al uso. Los musicales de entre bastidores citan con libertad a partir de fuentes teatrales: la secuencia Born in a Trunk incluida en Ha nacido una estrella representa virtualmente un compendio de tales fuentes. Incluso los musicales populares están llenos de nostalgia por todas las variedades de las antiguas formas de espectáculo [...]. Según va surgiendo una nueva generación de películas musicales a partir de la anterior, se tiende a tomar las “citas” de musicales anteriores. Cantando bajo la lluvia, por ejemplo, trata sobre las antiguas películas musicales, no del vodevil. [...] Una tercera fuente de materiales para los nuevos musicales puede calificarse de “extracinematográfica”, ya que contiene elementos relacionados con la vida y la reputación del artista fuera de las películas. [Por ejemplo,] las películas de Judy Garland posteriores a su contrato con MGM se nutrían del conocimiento por parte del público de la inestabilidad de su vida privada.

















































































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