EL HOLLYWOOD QUE NO CONOCES

martes, 29 de octubre de 2013

Cine Musical Comedia y Melodrama Parte II

El cine es artificio. Y el musical quizá es, de todos los géneros, el mejor indicador de ese artificio. En él, los personajes se permiten abrir su realidad en canal para soñar cantando, o celebrar toda una gama de sentimientos entonando la melodía que mejor los enfatice. Puede servir como excusa para exacerbar pasiones, para rezumar velada promiscuidad o servir a la crítica social. El musical llegó con el sonoro y vivió su época dorada en las siguientes décadas, de las que surgirían algunos de los talentos más asombrosos de la gran pantalla. Gene KellyFred AstaireJudy Garland Julie Andrews representarían los las cumbres de un cine que, con el tiempo, acabaría por verse devaluado y condenado al ostracismo. A partir de los 70, el público mayoritario demandaría otro tipo de películas y el musical, salvo contadas excepciones, se apagaría hasta prácticamente desaparecer en los 80 y 90. La década pasada marcó un vago renacimiento del interés hacia éste, sin embargo, ha sido una tendencia intermitente que dista de ofrecer visos de un auténtico resurgimiento. A continuación, repasamos los títulos más significativos y celebrados de una larga tradición de musicales, una lista que fácilmente activará en el lector melodías y tarareos varios, unidos a un incontenible ritmo en los pies.

Cantando bajo la lluvia” (Donen y Kelly, 1952). El tándem formado por Stanley Donen y Gene Kelly fue uno de los más brillantes y fructíferos del cine musical. Desde finales de la década de los 40 y, especialmente, durante la de los 50 bajo la Freed Unit —una división de la MGM supervisada por el productor Arthur Freed y dedicada a este género—, director y actor colaboraron en una serie de películas de las que “Cantando bajo la lluvia” es, quizá, el mayor estandarte. Una joya carismática, jovial y de factura impecable que contiene el número musical más afamado de la historia: el enamorado personaje de Kelly celebrando exultante y bajo la lluvia su enamoramiento. En el rodaje, sin embargo, el actor no lo pasó tan bien, puesto que tuvo que realizar la secuencia enfermo y con fiebre. Pero su condición no afectó a la que fue otra de sus grandes interpretaciones, una más en una cinta que también tenía a un gran Donald O’Connor haciendo acrobacias y explotando su gestualidad cómica mientras cantaba Make ‘em laugh o a Debbie Reynolds uniéndose a los dos para la optimista Good morning.














































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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